
¿Qué es el raquitismo?
¿Qué es el raquitismo? El raquitismo es una enfermedad infantil que afecta el desarrollo óseo y está relacionada principalmente con la deficiencia de vitamina D, calcio o fósforo. Esta condición provoca debilidad en los huesos, deformidades esqueléticas y retraso en el crecimiento. Entre los principales síntomas del raquitismo se encuentran piernas arqueadas, dolor muscular, fatiga, y problemas dentales. El raquitismo por falta de vitamina D es una de las formas más comunes, sobre todo en niños con poca exposición al sol o una dieta desequilibrada. Un diagnóstico temprano y un buen tratamiento para el raquitismo, que incluye suplementos de vitamina D, una dieta rica en nutrientes y en algunos casos fisioterapia, pueden revertir muchos de los efectos negativos. En este artículo descubrirás cómo reconocer el raquitismo, qué lo causa y cómo tratarlo de forma eficaz para mejorar la salud ósea infantil.
Desde una perspectiva biomecánica, el raquitismo afecta la capacidad de los huesos en crecimiento para soportar el peso corporal. La deficiencia de minerales esenciales debilita las placas de crecimiento (cartílago epifisario), lo que causa ensanchamiento y deformación. Los huesos largos, como el fémur y la tibia, son los más afectados, lo que lleva a deformidades visibles como las piernas arqueadas (genu varo) o en X (genu valgo).
En términos anatómicos, el raquitismo afecta principalmente las siguientes estructuras:
- Placas de crecimiento en los huesos largos, que se ensanchan y debilitan.
- Costillas, que pueden mostrar engrosamientos en las uniones condrocostales, formando el llamado rosario raquítico.
- Cráneo, donde se puede observar el reblandecimiento de los huesos (craniotabes), especialmente en lactantes.
- Columna vertebral, que en casos graves puede desarrollar cifosis o lordosis.
Si no se trata adecuadamente, el raquitismo puede provocar retrasos en el crecimiento, deformidades permanentes y problemas de movilidad a largo plazo.
Incidencia
El raquitismo fue una enfermedad común durante el siglo XIX, especialmente en áreas urbanas con escasa exposición solar. Aunque su incidencia ha disminuido en muchos países desarrollados debido a la fortificación de alimentos y campañas de concienciación, sigue siendo un problema de salud pública en algunas regiones.
Las poblaciones más afectadas incluyen:
- Lactantes y niños pequeños entre los 6 meses y los 3 años, ya que este es un periodo crítico de crecimiento óseo rápido.
- Niños alimentados exclusivamente con leche materna sin suplementación de vitamina D, ya que la leche materna no proporciona cantidades suficientes de este nutriente.
- Comunidades que viven en latitudes altas, donde hay menos exposición solar durante varios meses al año, lo que reduce la síntesis de vitamina D.
- Niños con piel más oscura, ya que una mayor cantidad de melanina disminuye la producción de vitamina D por la exposición solar.
- Poblaciones en áreas con altos índices de malnutrición, donde las dietas carecen de calcio y vitamina D adecuados.
En algunas regiones del mundo en desarrollo, las tasas de raquitismo pueden llegar al 10% entre los niños menores de cinco años. Sin embargo, incluso en países industrializados, el raquitismo nutricional está resurgiendo en ciertas comunidades debido a cambios en los hábitos alimenticios y la menor exposición solar.
Factores de riesgo
El raquitismo puede desarrollarse por varios factores que afectan la absorción, producción o disponibilidad de vitamina D, calcio y fósforo.
Deficiencia de vitamina D
La vitamina D es esencial para la absorción adecuada de calcio y fósforo en los intestinos. Sin suficiente vitamina D, el cuerpo no puede mineralizar los huesos correctamente. Las causas más comunes de deficiencia incluyen:
- Falta de exposición solar, especialmente en áreas con inviernos largos o en niños que pasan mucho tiempo en interiores.
- Uso excesivo de protectores solares, que bloquean los rayos UVB necesarios para la producción de vitamina D.
- Piel oscura, que reduce la capacidad del cuerpo para sintetizar vitamina D.
- Alimentación exclusiva con leche materna sin suplementación adecuada de vitamina D.
Deficiencia de calcio
El calcio es fundamental para la fortaleza y mineralización de los huesos. Una ingesta inadecuada puede deberse a:
- Dietas con bajo consumo de productos lácteos o alimentos fortificados.
- Dietas veganas estrictas sin suplementación adecuada.
- Trastornos digestivos que afectan la absorción de calcio, como la enfermedad celíaca.
Deficiencia de fósforo
Aunque menos común, la deficiencia de fósforo también puede causar raquitismo. Algunas condiciones genéticas, como el raquitismo hipofosfatémico ligado al cromosoma X, impiden que los riñones reabsorban el fósforo adecuadamente, lo que disminuye sus niveles en sangre.
Enfermedades médicas
Algunos trastornos médicos pueden interferir con la absorción o el metabolismo de la vitamina D y el calcio, aumentando el riesgo de raquitismo:
- Enfermedades hepáticas crónicas, que afectan la conversión de vitamina D en su forma activa.
- Enfermedades renales, que alteran el equilibrio de calcio y fósforo.
- Trastornos gastrointestinales, como la enfermedad inflamatoria intestinal, que reducen la absorción de nutrientes esenciales.
Síntomas
Los síntomas del raquitismo pueden variar según la gravedad de la deficiencia y la edad del niño. A continuación, se detallan los signos más característicos.
Deformidades óseas
Las deformidades óseas son uno de los síntomas más evidentes del raquitismo. Estas incluyen:
- Piernas arqueadas (genu varo) o piernas en forma de X (genu valgo) debido al debilitamiento de los huesos largos.
- Rosario raquítico, que se observa como protuberancias a lo largo de las uniones costocondrales en el tórax.
- Craniotabes, o reblandecimiento del cráneo, especialmente en lactantes.
- Deformidades en la columna, como cifosis o lordosis, que alteran la postura.
- Proyección del esternón hacia afuera, conocida como pecho en quilla.
Dolor y sensibilidad ósea
El debilitamiento de los huesos causa dolor óseo, especialmente en las extremidades y la columna. Los niños pueden mostrarse reacios a caminar o moverse debido al malestar.
Retraso en el crecimiento
El raquitismo puede afectar negativamente el crecimiento, provocando que los niños sean más bajos de estatura que sus compañeros y experimenten un retraso en el desarrollo motor, como caminar o gatear.
Debilidad muscular
Muchos niños con raquitismo presentan hipotonía (tono muscular bajo) y debilidad muscular, lo que afecta su capacidad para mantenerse erguidos o realizar actividades físicas básicas.
Problemas dentales
La deficiencia de minerales también puede afectar el desarrollo dental, provocando:
- Retraso en la erupción de los dientes.
- Esmalte dental débil y mayor riesgo de caries.
- Malformaciones dentales y problemas en la alineación.
Reconocer estos síntomas a tiempo es esencial para iniciar un tratamiento adecuado y prevenir complicaciones a largo plazo.
Diagnóstico
El diagnóstico del raquitismo requiere una evaluación clínica detallada, pruebas de laboratorio específicas y estudios de imagen para confirmar la presencia de la enfermedad y determinar su causa subyacente.
Historia clínica
La recolección de una historia clínica exhaustiva es el primer paso en el diagnóstico del raquitismo. Durante esta evaluación, el médico analiza diversos factores que podrían contribuir al desarrollo de la enfermedad:
- Hábitos alimenticios: Se evalúa si el niño recibe una ingesta adecuada de vitamina D, calcio y fósforo.
- Exposición al sol: Se analiza la cantidad de tiempo que el niño pasa al aire libre, ya que la síntesis de vitamina D depende de la exposición solar.
- Historia familiar: Se investiga si existen antecedentes familiares de raquitismo hereditario u otras enfermedades óseas.
- Enfermedades previas: Condiciones como trastornos renales, hepáticos o gastrointestinales pueden afectar la absorción o metabolismo de la vitamina D y otros minerales esenciales.
Examen físico
El examen físico se centra en la detección de signos visibles y palpables que indiquen raquitismo:
- Deformidades óseas: Se examinan las extremidades para detectar piernas arqueadas (genu varo) o en forma de X (genu valgo).
- Rosario raquítico: Protuberancias en las uniones costocondrales del tórax.
- Cráneo blando (craniotabes): En lactantes, los huesos del cráneo pueden sentirse blandos al tacto.
- Dolor óseo y muscular: Se evalúa la sensibilidad ósea, especialmente en las extremidades y la columna vertebral.
- Retraso en el crecimiento: Se compara la estatura y peso del niño con los estándares de crecimiento normales.
Pruebas de laboratorio
Las pruebas de laboratorio son esenciales para confirmar el diagnóstico y evaluar los niveles de nutrientes y minerales en el cuerpo:
- Niveles de calcio y fósforo séricos: En el raquitismo, estos niveles suelen estar disminuidos.
- Alcalina fosfatasa (ALP): Normalmente está elevada en niños con raquitismo debido al aumento de la actividad osteoblástica.
- Paratohormona (PTH): Puede estar elevada en respuesta al hipocalcemia.
- 25-hidroxivitamina D [25(OH)D]: Es el principal marcador para evaluar el estado de la vitamina D. Niveles por debajo de 20 ng/ml indican deficiencia.
Estudios de imagen
Las imágenes radiológicas son fundamentales para visualizar las alteraciones óseas características del raquitismo:
- Radiografías: Se realizan principalmente en muñecas, rodillas y tobillos para detectar:
- Ensanchamiento y franjeado de las placas de crecimiento.
- Metáfisis ensanchadas y desmineralizadas.
- Deformidades óseas visibles.
- Densitometría ósea (DEXA): En algunos casos, se utiliza para medir la densidad mineral ósea y evaluar el grado de desmineralización.
Tratamiento y prevención
El tratamiento del raquitismo se basa en corregir las deficiencias nutricionales y abordar cualquier causa subyacente que esté contribuyendo a la enfermedad. Además, la prevención juega un papel crucial en la reducción de nuevos casos.
Suplementación nutricional
La reposición de vitamina D, calcio y fósforo es el pilar fundamental del tratamiento.
- Vitamina D:
- Según las guías internacionales (Munns et al., 2020), se recomienda administrar entre 2.000 y 6.000 UI/día de vitamina D durante 6 a 12 semanas para corregir la deficiencia (https://doi.org/10.1210/clinem/dgaa734).
- Posteriormente, se debe mantener una dosis de 400 a 1.000 UI/día para prevenir recaídas.
- En casos severos, se puede utilizar una dosis única alta (terapia de choque) bajo supervisión médica.
- Calcio:
- Es vital asegurar una ingesta adecuada de calcio, entre 500 y 1.000 mg/día, a través de la dieta o suplementos.
- Los alimentos ricos en calcio incluyen lácteos, vegetales de hojas verdes y alimentos fortificados.
- Fósforo:
- En el caso del raquitismo hipofosfatémico, se administra fosfato oral junto con formas activas de vitamina D, como el calcitriol (https://doi.org/10.3389/fendo.2024.1383681).
Tratamientos farmacológicos
En situaciones específicas, pueden ser necesarios tratamientos farmacológicos avanzados:
- Burosumab:
- Es un anticuerpo monoclonal utilizado en el tratamiento del raquitismo hipofosfatémico ligado al cromosoma X.
- Ayuda a regular los niveles de fósforo al inhibir la acción de la hormona FGF23, mejorando la mineralización ósea (https://doi.org/10.3389/fendo.2024.1383681).
- Calcitriol o alfacalcidol:
- En casos de raquitismo resistente a la vitamina D o por enfermedades renales, se utilizan formas activas de vitamina D para mejorar la absorción de calcio y fósforo.
Fisioterapia y tratamiento ortopédico
La fisioterapia desempeña un papel fundamental en la corrección de las deformidades y la mejora de la función muscular:
- Ejercicios de fortalecimiento: Ayudan a mejorar la fuerza muscular y la estabilidad articular.
- Terapias de estiramiento: Mantienen la movilidad articular y corrigen posturas inadecuadas.
- Uso de ortesis: En casos de deformidades severas, se pueden utilizar aparatos ortopédicos para corregir las alineaciones óseas.
- Cirugía ortopédica: En situaciones graves, puede ser necesaria una intervención quirúrgica para corregir las deformidades óseas.
Prevención del raquitismo
La prevención es clave para reducir la incidencia del raquitismo, especialmente en poblaciones vulnerables.
Suplementación de vitamina D
- Lactantes amamantados: Se recomienda la suplementación diaria de 400 UI de vitamina D desde los primeros días de vida, según las pautas internacionales (Munns et al., 2020).
- Niños mayores y adolescentes: Deberían recibir al menos 600 UI/día a través de la dieta o suplementos.
Exposición al sol
La exposición moderada al sol es fundamental para la síntesis natural de vitamina D:
- Se recomienda entre 10 y 15 minutos diarios de exposición solar directa en cara, brazos y piernas, varias veces por semana, dependiendo del tipo de piel y la ubicación geográfica (https://doi.org/10.1016/j.ekir.2020.03.025).
Alimentación balanceada
Promover una dieta rica en calcio, fósforo y alimentos fortificados con vitamina D puede prevenir deficiencias nutricionales.
- Alimentos recomendados: lácteos, pescados grasos (salmón, sardinas), huevos y cereales fortificados.
Programas de salud pública
En algunos países, se han implementado políticas de fortificación de alimentos con vitamina D y campañas educativas para concienciar sobre la importancia de la nutrición y la exposición solar adecuada. Estas estrategias han demostrado ser efectivas para reducir la incidencia del raquitismo.
Fisioterapia y Raquitismo
La fisioterapia puede desempeñar un papel importante en el tratamiento del raquitismo al ayudar a los niños a mejorar su fuerza muscular, movilidad y postura. Aunque la fisioterapia no cura el raquitismo, puede ayudar a reducir algunos síntomas y mejorar la función física general del niño.
Nota: Las siguientes recomendaciones de tratamiento son proporcionadas por un fisioterapeuta y kinesiólogo certificado y tienen únicamente fines informativos para apoyar el tratamiento del raquitismo. Sin embargo, cada caso es único. Se recomienda encarecidamente consultar a un médico o fisioterapeuta calificado para obtener un diagnóstico preciso y desarrollar un plan de tratamiento individualizado adaptado a las necesidades del paciente.
Beneficios de la fisioterapia para el raquitismo
- Fortalecimiento muscular: Los niños con raquitismo a menudo presentan debilidad muscular. Los ejercicios de fortalecimiento pueden ayudar a mejorar la postura y a sostener los huesos debilitados.
- Mejora de la movilidad y el equilibrio: Las rutinas fisioterapéuticas pueden ayudar a mejorar el equilibrio y la coordinación, reduciendo el riesgo de caídas y mejorando la capacidad de movimiento.
- Corrección postural: La fisioterapia puede contribuir a corregir deformidades posturales derivadas de las alteraciones óseas, como las piernas arqueadas o el pecho en quilla.
Ejercicios recomendados para niños con raquitismo
A continuación, se presentan algunos ejemplos de ejercicios que pueden ayudar a mejorar la fuerza y la movilidad. Es importante que estos ejercicios sean supervisados por un fisioterapeuta.
Puente de glúteos
- Objetivo: Fortalecer los glúteos y la parte baja de la espalda.
- Ejecución: El niño se acuesta boca arriba con las rodillas dobladas y los pies apoyados en el suelo. Se le pide que levante las caderas hacia arriba formando una línea recta desde los hombros hasta las rodillas, manteniendo la posición durante unos segundos antes de bajar lentamente.
Elevación de talones
- Objetivo: Fortalecer los músculos de las pantorrillas y mejorar el equilibrio.
- Ejecución: El niño se coloca de pie con los pies separados al ancho de los hombros. Levanta lentamente los talones para ponerse de puntillas, mantiene la posición durante unos segundos y luego baja los talones al suelo. Se puede utilizar una silla para mayor estabilidad.
Estiramiento de isquiotibiales sentado
- Objetivo: Mejorar la flexibilidad de los músculos isquiotibiales.
- Ejecución: El niño se sienta en el suelo con las piernas extendidas hacia adelante. Se le pide que intente tocarse los dedos de los pies con las manos sin doblar las rodillas. Mantener la posición durante 10-15 segundos.
Equilibrio en un pie
- Objetivo: Mejorar el equilibrio y la coordinación.
- Ejecución: El niño se mantiene de pie sobre un solo pie durante el mayor tiempo posible, cambiando luego al otro pie. Para hacerlo más divertido, se puede convertir en un juego agregando pequeños desafíos, como sostener una pelota mientras mantiene el equilibrio.
Estos ejercicios pueden ayudar a fortalecer la musculatura y mejorar la movilidad, pero los resultados pueden variar según cada niño.
¿Cómo pueden los padres ayudar a su hijo?
Los padres desempeñan un papel clave en el apoyo al tratamiento del raquitismo. A continuación, se presentan algunas estrategias que pueden ayudar a mejorar el bienestar y la recuperación del niño.
Garantizar una nutrición adecuada
Proporcionar una dieta rica en vitamina D, calcio y fósforo es esencial para fortalecer los huesos debilitados. Alimentos como los lácteos, el pescado azul (salmón, sardinas) y los cereales fortificados son excelentes fuentes de estos nutrientes. En algunos casos, los médicos pueden recomendar suplementos para asegurar que el niño reciba las cantidades adecuadas.
Fomentar la exposición al sol
La exposición moderada al sol es clave para la producción natural de vitamina D. Se recomienda que los niños pasen entre 10 y 15 minutos diarios al aire libre, con partes del cuerpo expuestas (como brazos y piernas), siempre teniendo en cuenta la protección solar adecuada para evitar quemaduras.
Promover la actividad física
Incentivar al niño a realizar ejercicios suaves y actividades al aire libre puede ayudar a mejorar la fuerza muscular y la movilidad. Actividades como caminar, nadar o jugar al aire libre pueden ser beneficiosas, siempre bajo la supervisión adecuada.
Apoyar emocionalmente al niño
Los niños con raquitismo pueden sentirse frustrados por las limitaciones físicas que experimentan. Ofrecer apoyo emocional y fomentar su autoestima puede contribuir a que se sientan más motivados y positivos durante el proceso de recuperación.
Realizar controles médicos regulares
Es fundamental que los padres mantengan visitas regulares al pediatra o al fisioterapeuta para supervisar el progreso del tratamiento y realizar los ajustes necesarios. Estas visitas permiten evaluar la eficacia de las intervenciones y prevenir posibles complicaciones.
Preguntas frecuentes
¿Qué causa el raquitismo en los niños?
El raquitismo generalmente es causado por una deficiencia de vitamina D, calcio o fósforo, lo que impide la adecuada mineralización de los huesos. La falta de exposición al sol y una dieta deficiente son las causas más comunes.
¿Se puede curar el raquitismo por completo?
Sí, en la mayoría de los casos el raquitismo puede ser tratado con éxito mediante la administración de vitamina D, suplementos de calcio y una dieta equilibrada. El tratamiento temprano es clave para evitar deformidades permanentes.
¿Cuánto tiempo dura el tratamiento del raquitismo?
El tratamiento puede durar entre 3 y 6 meses, dependiendo de la gravedad del caso y de la respuesta al tratamiento. Las deformidades óseas más severas pueden requerir intervenciones adicionales, como fisioterapia o cirugía.
¿Es necesaria la fisioterapia para todos los niños con raquitismo?
La fisioterapia puede ayudar significativamente en casos donde el niño presenta debilidad muscular o deformidades esqueléticas, pero no siempre es obligatoria. Un fisioterapeuta especializado podrá evaluar si es adecuada en cada caso.
¿Cómo puedo prevenir el raquitismo en mi hijo?
La mejor prevención es garantizar una dieta equilibrada rica en vitamina D y calcio, fomentar la exposición solar moderada y seguir las recomendaciones médicas sobre suplementos vitamínicos, especialmente en lactantes y niños pequeños.
